Why?

Las cosas no ocurren por casualidad, tienen un por qué, un cómo, y un cuándo.
El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.

domingo, 14 de octubre de 2012

Ser hijo único no es como todo el mundo piensa.

Cuando uno es pequeño, ser hijo único es para ti todo un lujo, tienes de todo, y todo lo que tienes es tuyo y de nadie más, así, con la egoísta idea de que cuando te preguntan si quieres tener un hermano, pones cara de "Mm... sí, pero ¿y si ese nuevo hermano hace que lo cambie todo?" los nuevos cambios no les gusta a nadie, así es que todo siguió igual.


                                                   . . .


Pasan los años y a medida de que te vas convirtiendo en adolescente, la idea de ser hijo único va cambiando, la gente decía "si es que te tienen mimado" o "lo tienes todo para ti". 
Vale, cierto. Pero las riñas se las lleva uno sólo, la libertad que tienes es mínima y el control es máximo. 
Uno se harta de todo, todo lo que quieres hacer no lo puedes hacer por esto, o por lo otro...
También uno se acostumbra al silencio, tus padres salen de casa por unas horas y ¿qué?, ¿qué haces en un lugar con tanto silencio?, sin discusiones, conversaciones... A veces uno se vuelve un poco lunático, que no te queda otro remedio que tener las conversaciones con uno mismo. 
Podrás tener de todo, pero no la presencia de una cuarta persona, ni las discusiones, ni conversaciones, ni risas.

La soledad le acompaña a uno siempre, pero ahora, es cuando pienso que con la compañía de una cuarta persona, se podría haber vivido mejor. 

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